La localización

Se sabe en todo momento donde estás.

Un aspecto realmente nuevo de la tecnología del móvil es la posibilidad de localización permanente y en directo de tu máquina. Para poder enviarte una llamada o un mensaje, tu operador de telefonía necesita poder saber dónde encontrar tu móvil, o más precisamente, cuál de sus antenas utilizar para pasarte la comunicación. Así se puede aproximar tu ubicación sabiendo de cuál de sus antenas estás más cerca. La precisión de esta técnica, llamada Cell-ID, depende de la densidad de antenas en la red telefónica. En las ciudades tendrás antenas cada 100 o 200 metros. Pero en el campo puedes tener antenas separadas por hasta 35 kilómetros.

Otras informaciones, como los movimientos de tu móvil en la red telefónica o su proximidad a otras antenas se pueden utilizar para afinar tu localización con una precisión de unos pocos kilómetros en el campo, por ejemplo.

Los operadores de telefonía han empezado estos últimos años a utilizar esta información para proponer y vender servicios (llamados servicios de LSB): para indicarte los restaurantes que tienes cerca, para llamar automáticamente al taxi libre más cercano, para mandarte publicidad personalizada, etc. Además de proponerte a ti servicios adaptados según donde estés, los operadores han empezado a vender esta información a otros. Varios operadores y empresas de todo el mundo proponen ya servicios para permitir a los padres localizar a sus hijos[1] o sus empleados[2]. Toda su argumentación se basa en la utilización del miedo de los padres, y como suele pasar, la supuesta seguridad de los niños justifica nuevas amenazas a nuestra privacidad y fomenta el control social.

Este nuevo control social es tan superguay del Paraguay que con Google Latitude tus colegas pueden ver en tiempo real donde estás.[3]

La difusión de estas tecnologías y servicios de localización está acelerada por leyes que imponen la creación de números centralizados de emergencias, el 112 en Europa[4], el E911 en los EEUU. Estos dos números de emergencia especifican que para mejorar la calidad de los servicios, la localización de la persona que llama debe ser transmitida a los equipos de socorro automáticamente.[5]

Así los gobiernos, los operadores de telefonía y los constructores de móviles deben por ley trabajar juntos para mejorar la precisión de la localización de todos los móviles del mercado. Las recomendaciones de los expertos para estos servicios hablan de una precisión de 10–150 metros en zonas urbanas, de 10–500 metros en zonas suburbanas y de 10–500 metros en zonas rurales o carreteras.[6]

La puesta en práctica de estas leyes, como el desarrollo de estos nuevos servicios LSB, impondrá, en los próximos años, la generalización del GPS en las nuevas generaciones de móviles. Estos móviles pueden ser localizados de manera mucho más precisa que con las tecnologías actuales ya que utilizan la tecnología A-GPS[7], una combinación de tecnologías basadas en la red telefónica y el posicionamiento GPS. Últimamente los operadores han empezado a proponer móviles de este tipo en los típicos móviles a «0 euros» con sus contratos.

Bob, a 20 metros de Alice
(llamándola antes de empezar una acción)
¿Estáis listas?
Alice
Sí.
Bob
Pues empezamos.
Barcelona, octubre del 2009

un móvil quemandose

¡Cuidado! Escribimos este texto en el 2010.

Desde entonces ha cambiado muchísimo el panorama tanto tecnológico como social de la telefonía móvil. Por ejemplo, era antes del uso generalizado de los smartphones :)

Nuestras reflexiones quedan entonces en gran parte anticuadas, sobre todo las partes técnicas.